Ayer por la noche celebramos la primera noche de Januká. En esta fiesta recordamos los 2 milagros ocurridos en la época del segundo templo, cuando los griegos entraron en él y lo profanaron. Uno de estos milagros fue que, en la lucha por parte de los maccabim contra los griegos, ganaron los primeros, a pesar de estar en una clara minoría.
El segundo milagro que celebramos es que, al recuperar nuestros antepasados el templo, quisieron encender la menorá, pero al registrar el templo vieron que sólo había un poco de aceite puro, que sólo duraría para encender la menorá un día. Sin embargo, el aceite llego a durar ocho días. Esa es una de las razones por la que encendemos la janukiá de ocho brazos, en recuerdo de los ocho días que duró el aceite.
Cuando encendamos la janukiá tenemos que hacerlo frente a una puerta o una ventana, para así cumplir con uno de los principales objetivos de januká. Januká no es la fiesta en la cuál recordamos los milagros ocurridos en el pasado y nos alegramos por ellos. El objetivo de Januká es el "Pirsumé Denisá" (proclamar el milagro), para que todos conozcan la historia de januká y no caiga en el olvido. Por ello encendemos la janukiá en una ventana: para que todo el mundo se pregunte el porqué del encendido, y, al preguntarnos, sepan la historia de januká.
Espero que os haya gustado esta entrada, y espero que paséis un januká sameaj junto a vuestros familiares y seres queridos.
N.C.
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